El turismo rural es cada vez más atractivo para las vacaciones de verano de un gran número de personas que, por la epidemia de coronavirus, tratan de encontrar lugares menos peligrosos para veranear. El esperado aumento de la demanda es del 30%, ha dicho a Radio Nacional de Bulgaria Borislav Borisov, presidente de la Asociación de las Aldeas Búlgaras. Se buscan lugares de tipo cerrado, establecimientos en las aldeas donde puedan alojarse hasta dos o tres familias. En los últimos años, han ido optando por el turismo rural personas económicamente activas, familias con niños pequeños y personas con buenas posibilidades financieras. “Se trata de una forma de turismo activa para la gente que aprecia el contacto con la naturaleza y la tranquilidad”, ha agregado Borisov. El número de los turistas extranjeros es muy reducido sobre todo por la falta de publicidad.