El único museo etnográfico al aire libre de Bulgaria medirá fuerzas con los mejores destinos creativos del mundo, pretendiendo este año el premio de la Red Internacional para un Turismo Creativo.

Étara, inaugurado en 1964, se encuentra cerca de la ciudad de Gábrovo, en la cordillera de los Balcanes, y no es un museo a la usanza tradicional, sino una verdadera vivencia, cargada de emociones. Hay quien incluso lo llama una “máquina del tiempo”, porque una vez aquí y casi imperceptiblemente los visitantes se trasladan a otra dimensión, al tiempo del Renacimiento Nacional búlgaro (siglos XVIII y XIX). Paseando por la pintoresca callejuela de grava con hermosas casas y talleres en los bajos de los edificios, se sumergen en la cultura y el día a día de aquella época.

“Presentamos nuestra candidatura con un conjunto de iniciativas, incluido nuestro amplio calendario de eventos que abarca exposiciones, concursos, muestras, preparación de alimentos tradicionales, degustaciones, recreación de costumbres búlgaras, entre otros –explica Svetlozar Tódorov, que dirige el Departamento de Administración Cultural de Étara– . Recibimos tradicionalmente a numerosos turistas extranjeros. En 2019 tuvimos 226 000 visitas. En agosto de este año, debido a la pandemia, los extranjeros eran muy pocos. A pesar de ello el número de visitas sigue siendo prácticamente el mismo, pero son casi exclusivamente de turistas nacionales”.

Lo que llama la atención es una composición, única en su género, de diez instalaciones.

“Con toda razón Étara se enorgullece de tenerlas, porque en Europa existen contadas colecciones de, por así decirlo, “tecnologías populares hidráulicas” –aclara Tódorov– . Hay una instalación, alimentada por agua, para el afilado de cuchillos. Hay dos molinos, tornos de madera, en los que los artesanos también hoy en día elaboran diferentes objetos. Forma parte de esta composición la serrería. Todo funciona gracias al agua, utilizándose tecnologías antiguas. Tampoco debemos olvidar el taller para la producción de galones, único en la región. Todas estas instalaciones despiertan un interés muy vivo entre los visitantes”.

Étara no es un museo corriente al aire libre, con unas muestras inmóviles. La ambición de su equipo es impulsar a los visitantes a mostrarse activos en su acercamiento al folclore y la vida diaria de los búlgaros. Por esto se aplican ahí mismo novedosos programas de educación. Los turistas acuden con el mayor interés a los talleres artesanales, donde pueden fabricar ellos mismos algún objeto.

“Es en la Calle de los Talleres donde se encuentran los lugares de trabajo de los artesanos que trabajan con materiales tradicionales: arcilla, madera, metal, cuero. Y esto todos los 364 días del año. El museo seguirá funcionando este invierno, independientemente del Covid–19; una ventaja que tienen los museos al aire libre. Por lo tanto, cada uno puede elegir qué actividad artesanal quiere practicar y ponerse de acuerdo con algún maestro del oficio para que lo asesore”.

La industria turística a nivel mundial se orienta cada vez más a las vivencias y las rutas turísticas por cuenta del turismo masificado. Hoy en día los turistas prefieren definirse como viajeros o aventureros. Por esto la red internacional de turismo creativo respalda iniciativas para el turismo sostenible, a las que se adhiere también Étara.

Versión en español de María Páchkova

Fotos: Veneta Nikolova