Tradicionalmente, el segundo día de la Resurrección de Jesucristo, una gran cantidad de creyentes toma parte en la procesión litúrgica encabezada por el icono milagroso de la Santísima Virgen, desde el Monasterio de Báchkovo, el segundo más importante de Bulgaria, después del Monasterio de Rila, hasta la localidad de Kluviata.

Cuenta la leyenda que durante los casi cinco siglos de dominio otomano en tierras búlgaras, los monjes escondieron el icono en lo alto de las rocas de la citada localidad, pero dos pastorcitos, al ver una luz fuerte que provenía de entre las rocas, encontraron el icono y lo devolvieron al monasterio. Desde entonces, la gente cree en el poder milagroso de esta imagen de la Madre de Dios y participa en la procesión el segundo día de la Resurrección de Cristo.

Debido a las medidas antiepidémicas, hoy han sido menos las personas que se han unido a la procesión.

“Nuestro pueblo, nuestro país ahora necesita más que nunca que entre nosotros reinen el amor fraternal, la amistad, la unidad y la misericordia”, ha expresado el hegúmeno del monasterio, el obispo Sionio.