Los ministros de Exteriores de los países de la UE llegaron a un principio de acuerdo para imponer sanciones a casi 200 personas físicas y jurídicas de Rusia: militares, parlamentarios, magistrados, algunos de los responsables de la destrucción del grano ucraniano. Entre los afectados también estarán cuatro comandantes de brigadas rusas irregulares, así como funcionarios responsables del transporte de niños ucranianos a Rusia para su adopción. Las sanciones también afectarán a los medios rusos, que “envenenan el espacio público con desinformación constante”, en palabras de Josep Borrell. El alto representante europeo para Política Exterior y Seguridad también dijo que se acordó que el presupuesto de la UE para apoyo militar a Ucrania aumentará en 2.000 millones de euros y, si fuera necesario, se complementaría con otros 3.500 millones de euros.

El noveno paquete de sanciones de la UE se produce en medio de los continuos ataques aéreos rusos contra los sistemas de calefacción y suministro de agua de Ucrania al comienzo del gélido invierno. También incluye medidas económicas: imponer un embargo a las inversiones en el sector minero ruso, prohibir la venta de tecnologías de doble uso a 169 empresas rusas y congelar los activos del Banco Crédito de Moscú y el banco Dalnevostochn.

Mientras tanto el presidente Volodímir Zelenski pidió a los líderes de los países del G7 que proporcionen a Ucrania 2.000 millones de metros cúbicos de gas natural, así como tanques modernos, misiles de largo alcance e instalaciones de artillería. Según él, Rusia ve en los apagones de los ucranianos su última esperanza de ganar la guerra.

Estados Unidos ha enviado equipos energéticos por valor de 13 millones de dólares a Ucrania para ayudar a reconstruir la infraestructura energética del país.

Rusia ya está utilizando proyectiles y misiles fabricados hace 40 años porque ha agotado su reserva de municiones, dicen funcionarios de inteligencia militar de Estados Unidos.