Son muchas las canciones populares de los Ródopes que casi cualquier búlgaro conoce. Quizás la más popular en todo el mundo sea “Izlel e Delyu haydutin” (“Salió el bandido Delyu al monte”), que viaja por el Cosmos cual mensaje musical lanzado desde la Tierra. La canción “Bela sam, bela yunache” es considerada el himno de los Ródopes. Y otras muy queridas son las canciones de “Devóyko, mári húbava”, “Ripni, Kalínke” o “Pústono ludo i mládo”. Pero hay una obra maestra del folclore que se hizo famosa tras el estreno de la película “El fin de la canción” (“Kráyat na pesentá”), rodada en 1971 por el director Milén Nikolov y basada en el emocionante relato de Nikolay Haytov “Ibryam-Ali”. El amor imposible entre Ali y Naime, donde la muerte de la bella doncella es seguida por el asesinato a traición de su amado, termina con la canción que más le gusta a Ali: “Rufínka bólna legnala” (“Cayó enferma Rufinka”).

La historia de Rufinka es una historia real. La joven vivió hace más de 150 años en el pueblo de Poprelka, en los montes Ródope. Su nombre significa “tertulia en la que se teje”.
Su nombre original es Rufié, que significa “Sublime”, y su apellido es Chakalova. Rufié es la personificación de la hermosa mujer de los Ródopes: bonita, bondadosa y trabajadora. Ella se enamora de un joven maravilloso, Asan Kichukov, del pueblo vecino de Nadartsi. Ambos proceden de familias adineradas, su amor no se ve obstaculizado por nada y se comprometen. Pero de Rufie se apodera una extraña e incurable enfermedad y unos meses más tarde ella muere.

Según la letra de la canción, Rufinka, ya estando enferma en su cama, le pregunta a su madre si puede entregarle su ajuar a otra mujer, para que la sustituya al lado de su amado. Afuera aflora una maravillosa primavera, pero la joven ya siente la llamada de la tierra…
Los padres de Rufie se marchan a Turquía poco después de su muerte. Según la leyenda, en la tumba de la joven crece una flor blanca poco común llamada “kandilka”, que no se encuentra en ningún otro lugar de la región. La lápida de la joven Rufie fue encontrada precisamente gracias a las flores que la rodean. El lugar fue despejado y se colocó allí una roca, tallada por los canteros de Smolyan, donde se lee inscrita la letra de la canción que contaba la historia de la muchacha y su amado.

Los habitantes de los Ródopes cuentan que su prometido, Asan Kichukov, vivió 100 años. Su amor no consumado se convirtió en una triste elegía cantada, especialmente conmovedora en las interpretaciones de algunos cantantes de los Ródopes como el famoso Veselin Dzhigov. Él nació en 1940 en el pueblo de Kutela, cerca de Smolyan, con el nombre de Feim Dzhigov, era el heredero de una gran familia de cantantes y durante muchos años fue solista del famoso Grupo Folclórico Vievska. Se hizo popular por canciones como “Chereshka rodila”, “Yázhte i píite”, “Plachi, goro, plachi”, “Pilentse, pastro slaveyche”, “Stani, devoyko, pogledni” y “Rado, mari Rado”, pero la el referente indiscutible de su repertorio es la pieza “Rufinka bolna legnala” (“Cayó enferma Rufinka”), que suena majestuosa y emocionante con su magnífica y potente voz.

Esta obra maestra de los Ródopes es conocida también por la hermosa adaptación del gran compositor búlgaro Krasimir Kyurkchíiski, pero la más impresionante es, sin duda, la fantástica versión de su colega Stefan Dragostinov. Durante dos décadas, de 1974 a 1994, Dragostinov fue director de orquesta, director artístico y director del Conjunto Folclórico Nacional “Filip Kutev”. Un hito importante en su carrera fue el ambicioso proyecto “Antología del folclore búlgaro: Iconos sonoros de Bulgaria y la clave del misterio”, que comenzó en 1994 junto con la creación del coro “Dragostin Folk Nacional” fundado por el propio compositor.

Su estilo original es definido por los especialistas como “una brillante síntesis entre la tradición musical nacional y las tecnologías compositivas contemporáneas”, y sus arreglos de “Cayó enferma Rufinka” son un verdadero lienzo polifónico, recreado con una asombrosa perfección por las cantantes de “Dragostin Folk Nacional”.
Autor: Tsvetana Toncheva
Traducción en español y publicación: Alena Markova
Fotos: smolyan.bg, bnf.bg, irodopi.bg, bg.wikipedia.org, archivo personal de Stefan Dragostinov
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