Cuarenta escuelas búlgaras en 22 Estados norteamericanos se han convertido en segunda casa para los hijos de los emigrantes búlgaros. En estos centros docentes no solo hay continuidad entre las generaciones y se transmiten conocimientos sobre la historia, las tradiciones y la cultura, sino que se crean posibilidades para una educación universitaria en los EEUU y carrera basada en el idioma materno.

Daniela Sirakova que encabeza el servicio consular en Nueva York denomina los centros de educación “hogares vivos de amor a la patria por el mundo”. Diplomática de la carrera y directora de operaciones psicológicas de la OTAN en Afganistán, con posiciones en la Embajada búlgara en EEUU y en el Consulado General en Nueva York, Daniela Sirakova dice con orgullo que, gracias a la integración de su hijo, ella compagina la realización profesional con la comodidad de la familia.

“Como madre puedo decir que con la ayuda de la escuela búlgara mi hijo sabe mucho más que yo sobre Bulgaria, sobre la geografía, las tradiciones y las costumbres de los búlgaros”, reconoce ella. 

“Las escuelas dominicales en el extranjero desempeñan un papel insustituible en el ámbito de la educación, mantienen un lazo muy vivo con la patria y ofrecen la inapreciable posibilidad de recibir formación búlgara, lo cual aúna a nuestros compatriotas en el extranjero con la cultura y la sociedad”, dice ella para Radio Bulgaria.

Las escuelas crean asimismo un entorno excepcional en el cual los menores se reúnen con sus coetáneos de origen búlgaro, traban amistades y no en último lugar crean una fuerte sensación de pertenencia a la comunidad. Para los padres este es el lugar para contactos sociales y descanso, una manera muy especial de sentirse en casa. En las escuelas búlgaras los alumnos se familiarizan con la historia y la geografía de Bulgaria, con nuestras tradiciones y costumbres, con las fiestas y los profesores les dan de todo corazón todo lo que necesitan gracias a su amor por la patria”. 

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Muchas de las escuelas dominicales en los EEUU fueron creadas por iniciativa de búlgaros que desean que sus hijos estudien el idioma y mediante sus conocimientos sean conectados con Bulgaria. Muchas veces estos centros docentes se gestionan por miembros activos de la comunidad búlgara que trabajan como voluntarios. 

“Los padres son la fuerza motriz, sobre todo en las primeras etapas del desarrollo de las escuelas, dice Daniela Sirakova. Una gran parte de los profesores y la administración constan de voluntarios, estas personas dedican tiempo y esfuerzos para mantener las escuelas y organizar distintas actividades culturales. La comunidad búlgara acoge muchos eventos culturales, fiestas y festivales con los cuales se comprometen todos los búlgaros. Esto comprende la celebración de las fiestas búlgaras, de importantes fechas históricas, la organización de festivales fílmicos y de libros, funciones teatrales y conciertos. Podría decir que la comunidad búlgara en EEUU es sumamente viva y exitosa”. 

El Servicio Consular del Consulado General en Nueva York, encabezado por Daniela Srakova, es asimismo el lugar donde los búlgaros pueden encontrar respuestas a los asuntos que les interesan y obtener ayuda.

“La mayoría de los búlgaros que nos visitan necesitan una renovación de los documentos personales y documentos notariales, entre otros, dice la diplomática. Lamentablemente hay búlgaros que buscan ayuda en casos desagradables, deben estar hospitalizados o en casos de muerte.  Pesar de que en el Consulado General en Nueva York trabajan pocas personas tratamos de ser útiles y ayudar a todos”. 

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Redactora Diana Tsankova 

Traducido y publicado por Hristina Táseva 

Fotos: Facebook/@bulgarianschoolireland, Consulado General en Chicago, Consulado General en Nueva York, Escuela Búlgara santos hermanos Cirilo y Metodio en Boston